jueves, 10 de junio de 2010

NIÑOS JORNALEROS AGRÍCOLAS


La pobreza y la enorme desigualdad económica y cultural que recorren este país, obligan a millones de niños y niñas a abandonar el sueño de la inocencia, dicen los números del INEGI que cerca de 3.5 millones de niños trabajan de manera irregular; preocupa sobre todo la vulnerabilidad de los niños jornaleros agrícolas, quienes junto con sus padres abandonan sus comunidades para huir de la miseria sin saber que en el campo encontrarán otro tipo de pobreza. Pero dicen muchos y de eso se construyen grandes discursos que “nuestros niños son la esperanza del futuro”… ¿a qué futuro nos referimos?



Prácticamente invisible se ha vuelto el tema de la explotación laboral de los niños en la industria del tabaco, si ustedes son de los que han centrado sus discusiones en el daño del consumo activo y pasivo del cigarro y las enfermedades que ocasiona, han dejado de lado el impacto social y laboral que esto provoca en miles de niños desprotegidos; esto lo podemos constatar con el reportaje hecho por Juverto Bastida en Nayarit en el que realiza una serie de entrevistas a Dadillo y Filiberto Andrade Rosas, 2 niños huicholes jornaleros quienes  han perdido la ilusión de jugar, y sólo piensan en trabajar para comer. En este mismo reportaje dice Juverto que en el estado de Nayarit trabajan como jornaleros agrícolas entre 5 y 6 mil niños indígenas provenientes fundamentalmente de jalisco; Durango, Oaxaca, Veracruz, Guerrero, Chiapas y la zona serrana nayarita; llegan al corte de caña, chile, jitomate y tabaco, acompañando a sus padres, quienes son enganchados en sus comunidades año tras año para laborar de diciembre a mayo.

 
Prácticamente invisible se ha vuelto el tema de la explotación laboral de los niños en la industria del tabaco, si ustedes son de los que han centrado sus discusiones en el daño del consumo activo y pasivo del cigarro y las enfermedades que ocasiona, han dejado de lado el impacto social y laboral que esto provoca en miles de niños desprotegidos; esto lo podemos constatar con el reportaje hecho por Juverto Bastida en Nayarit en el que realiza una serie de entrevistas a Dadillo y Filiberto Andrade Rosas, 2 niños huicholes jornaleros quienes  han perdido la ilusión de jugar, y sólo piensan en trabajar para comer.

En este mismo reportaje dice Juverto que en el estado de Nayarit trabajan como jornaleros agrícolas entre 5 y 6 mil niños indígenas provenientes fundamentalmente de jalisco; Durango, Oaxaca, Veracruz, Guerrero, Chiapas y la zona serrana nayarita; llegan al corte de caña, chile, jitomate y tabaco, acompañando a sus padres, quienes son enganchados en sus comunidades año tras año para laborar de diciembre a mayo. 
 

Samuel Salinas Investigador Huichol y Plaguicidas  dice que en las empresas con suficiente anticipación prevén cuanta mano de obra van a necesitar para levantar las cosechas, entonces lanzan a las camioneteros, los enganchadores que son redes de contratación de fuerza de trabajo, frecuentemente con engaño sobre el monto del trabajo, sin contratos y una vez que están en los campos agrícolas dejan de asumir sus responsabilidades con ellos.

Por ejemplo los niños que trabajan en los tabacales viven con sus familias en los propios campos de cultivo con temperaturas de hasta 42°, durmiendo sobre la tierra bajo enramadas de tabaco y sin servicios básicos; cocinando en hornillas improvisadas y aseando y lavando su ropa en los canales de riego. 

Se supone que dentro de las negociaciones con el patrón piden agua embotellada para tomar, pero para bañarse y demás son los canales deniego que están obviamente también contaminados por los mismos plaguicidas.

El trabajo infantil en los cultivos de tabaco inicia alrededor de los 3 años, según cifras del Centro Multidisciplinario de Investigación Científica de la Universidad Autónoma de Nayarit, la participación económica de los niños al ingreso familiar representa hasta el 35% de un promedio de $1, 000 semanales para una familia de 8 a 10 integrantes.

Los niños participan activamente ensartando o cortando, mientras que las niñas mas grandes se quedan a cargo de los bebés, se convierten en las mamás de los recién nacidos. 

Niños y adultos trabajan con matas de tabaco rociadas con plaguicidas altamente tóxicos y muchos de ellos prohibidos en Estados Unidos y la Unión Europea, sin equipo de protección ni la capacitación mínima.

Enrolados en un sistema laboral donde no hay prestaciones ni servicios médicos la intoxicación y envenenamiento son problemas de salud. Dañan el sistema nervioso central a tal grado que no pueden tomar nada.

El nomadismo laboral del siglo XXI y la explotación infantil en condiciones de precariedad extrema tienen en los tabacales de Nayarit y los niños indígenas que ahí laboran un ejemplo crudo de negación de todos los derechos de los niños y las niñas.


Frente a estas imágenes, creo nos quedamos sin palabras ya que ¿Cuál futuro del país? Si no se garantizan ni los derechos básicos. El trabajo infantil, prohibido por las leyes pero es una lacerante verdad, es generalmente ignorada.

 
**RECOMENDACIÓN**
Los herederos de Eugenio Polgovsky


 
Hasta pronto!!




miércoles, 9 de junio de 2010

PUEBLOS INDÍGENAS DE MÉXICO II





Para responder lo anterior, primero hay que preguntarnos si de verdad podemos decir: ¿“ellos”  y “nosotros”?  ¿En realidad somos diferentes?

Considero que es necesario hacer una diferencia, ya que para la mejor convivencia, debe existir otredad y alteridad, o sea debemos reconocer al otro porque somos seres humanos, pero reconocerlo viendo y tomando en cuenta las diferencias que hay entre unos y otros. Es decir: “IGUALES EN LA DIFERENCIA”.

Ahora, ¿cuál es la diferencia entre los indígenas y los demás mexicanos?

En primer lugar, que hablan lenguas diferentes al español o una lengua y el español. En realidad, los pueblos indígenas de México hablan más de 60 lenguas distintas. Son tantas y tan diferentes entre sí que los expertos no están de acuerdo en cuántas son exactamente. Pero eso no es todo, cada grupo indígena tiene también formas particulares de trabajar y de comer, de vestir, de celebrar sus fiestas y ceremonias. En suma, cada grupo indígena tiene una cultura propia. 


¿Qué son los pueblos indígenas?

Las mujeres y hombres indígenas pertenecen a una comunidad, es decir a una población donde conviven y trabajan junto con sus vecinos, hablan el mismo idioma, celebran las mismas fiestas y mantienen ideas y costumbres similares. Como veremos, las comunidades son el centro de la vida de la mayoría de los indígenas.

Frecuentemente, los miembros de varias comunidades vecinas comparten el mismo idioma y la misma cultura. Por eso decimos que en México existen pueblos indígenas, es decir, grupos de personas que comparten una lengua y una cultura y tienen una historia común. También los llamamos grupos etnolingüísticos, lo que quiere decir lo mismo.

 La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, identifica en nuestro país a 62 grupos etnolingüísticos, los cuales se definen a partir de la principal lengua que hablan y el territorio donde se ubican.
  
Algunos de estos grupos son muy grandes y viven en regiones muy amplias: los nahuas, por ejemplo, son más de dos millones y habitan en varios estados del país, desde Durango hasta Chiapas. En cambio otros grupos son muy pequeños y están constituidos por una sola comunidad, o por una parte de una comunidad.
Vestimenta de diferentes etnias de México.

¿Por qué conocer a los indígenas?

Tal vez te preguntes por qué razón es importante que todos los mexicanos aprendamos sobre la cultura de los pueblos indígenas.

Existen varias razones. En primer lugar, es frecuente que las personas piensen que sólo su cultura es buena y que la manera particular que tienen de hablar y de vestirse, de pensar y de comer, es la mejor. Al mismo tiempo consideran que las culturas diferentes no son tan buenas, y que las personas que las tienen están equivocadas en sus costumbres y sus ideas.

En nuestro país muchas personas consideran que las culturas indígenas son inferiores, o menos buenas, que las nuestras. Esta visión negativa de los indígenas y de sus culturas es producto de la ignorancia. Como no entendemos que para los indígenas hablar español es tan difícil como para nosotros puede ser hablar inglés o francés, pensamos que no saben hablar bien. Como no conocemos las razones por las que piensan y se comportan de una manera diferente, pensamos que lo hacen por que no tienen educación.

Esta visión hace que muchos mexicanos desprecien a los indígenas y, lo que es peor, que los discriminen, es decir a que les nieguen los trabajos, los cuidados médicos y los derechos, servicios y oportunidades que tenemos los mexicanos.

De esta manera se ha identificado ser indígena con ser pobre, y se ha considerado que para dejar de ser pobres los indígenas deben abandonar también sus culturas y sus identidades propias. Un signo del desprecio contra los indígenas es el hecho de que la palabra “indio” se usa como insulto en muchas partes de nuestro país. Por ello en este blog, me referiré a los niños, mujeres y hombres con cultura indígena como “indígenas”, que es un término más respetuoso y el que se utiliza en las leyes y los documentos del gobierno mexicano.


Por hoy es todo... 


sábado, 5 de junio de 2010

PUEBLOS INDÍGENAS DE MÉXICO.



La decisión de abordar el tema de los pueblos indígenas, se debió a que considero que es un ambito de sumo interés, ya que aunque a veces vemos a  los pueblos indígenas de manera lejana, debemos pensar que a todos de mayor o menor manera nos atañen.

Es por eso que creo indispensable "enterarnos" sobre: Los derechos indígenas, mujeres  indígenas, migrantes, educación indígenas, literatura, etcétera. Esto con el objetivo de que tengamos mayor respeto hacia la diversidad cultural.